Sarkozy: el pequeño Napoleón.

El presidente Sarkozy y su trato a los inmigrantes.

No pretendo de forma alguna etiquetar al excelentísimo presidente de Francia Sarkozy , simplemente me conecta con Napoleón, es inevitable.

Verle con su consorte reciclada a primera dama es digno de un cuadro. Reciclada de modelo y cantante a imitación barata de Jacqueline Kennedy, lógico, como para que todavía algunos no digan que Carla Bruni ganaba mucho más semi desnuda en las distancias cortas.

Lo que parece ser inevitable también, es que Sarkozy detenga su campaña anti inmigración la cual comenzó hace tiempo.

El cierre de la frontera para impedir la entrada de los trenes con inmigrantes desde Italia al territorio francés nuevamente desató la polémica dentro y fuera de su país.

Recordemos que el año pasado Francia se se dividió en opiniones con respecto a las medidas que tomara Sarkozy contra los inmigrantes gitanos, luego que una joven de etnia gitana muriera tiroteada por la policía. La orden del presidente francés tenía como intención «poner orden», a su manera claro, y decretó desmantelar los centenares de poblados gitanos que existían y deportar a sus respectivos países de origen, Rumanía y Bulgaria, a las personas de etnia gitana.

En ésos momentos las encuestas daban resultados dispares entre la población francesa, aunque haciendo la media podemos quedar en cincuenta por ciento para cada lado, siendo claros, la mitad de los franceses apoyaba a Sarkozy en su campaña de expulsar a los inmigrantes gitanos de Francia.

En tanto la ONU acusa a Sarkozy de “incitar al odio contra los extranjeros”, siendo claros, xenofobia y asociado con lagunas de memoria severas que aquejaban a Sarkozy, puesto que los gitanos son una raza europea y, lógicamente, no se puede extraditar de Europa a un europeo.

Ahora la medida de Sarkozy se centró en el paso de Ventimiglia-Menton, donde dio orden de no dejar pasar los trenes con inmigrantes que intentaban cruzar la frontera desde Italia. Las reacciones internacionales ante tal medida fueron disímiles.

Los italianos se quejaron y criticaron duramente a Sarkozy y le enviaron el mensaje de la mano de su embajador en París. Italia que por cierto recibió las quejas de algunos países de la U.E como Inglaterra, Austria, Alemania, Polonia y la propia Francia por conceder permiso de trabajo temporales a miles de inmigrantes de Túnez. Solidaridad antes de nada.

Bruselas, a través de la comisaria de Interior Cecila Malmström, apoya la medida por interpretar que era una “cuestión de orden publico y de aplicación temporal”. Al mismo tiempo pidió a ambos países con diferencias de opinión sobre la inmigración que se pusieran de acuerdo.

Salomónico, todo hay que decirlo. Para rematar la comisaria de Interior finaliza diciendo “que en Europa hoy falta liderazgo y solidaridad”. Cada uno que lo interprete a voluntad.

Lo que sería interesante es que Sarkozy recordara que él es descendiente de inmigrantes húngaros, que cuando Europa estaba destruida luego de la 2ª Guerra Mundial muchos fueron los países que acogieron a los inmigrantes europeos que huían del la miseria y el hambre; que no hace tantos años atrás, cuando países como Francia necesitaban de la mano de obra barata nadie se quejaba de la llegada de ellos.

El mismo Sarkozy que se olvida de cómo recibía a Gadafi con efusivo abrazo tiempo atrás para hace poca semanas promover la invasión a Libia sin dudarlo.

La pregunta es hasta dónde llegará Sarkozy, porque cuando amenazó diciendo que “quitaría” la ciudadanía a todo inmigrante que cometiera un delito estaba violando las normas de la U.E y ahora más de lo mismo ¿Hasta dónde llegará el pequeño Napoleón? ¿Hasta dónde llegaremos? 

Fuente: publico.es