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Ratzinger contra el laicismo en España.

Ratzinger contra el laicismo en España.

El Papa intentó exorcizar a España del demonio cruel y despiadado del laicismo.

Ratzinger, alias Benedicto XVI, pasó por Madrid para liderar la JMJ (Jornada Mundial de la Juventud) y de paso pretendía librar su batalla personal contra la bestia del laicismo.

 

Éste año el Vaticano comenzó una estrategia de marketing muy bien estructurada; lo primero que hizo Ratzinger fue simple, honrar la memoria del antiguo jefe de la organización beatificándolo. Con la Beatificación de Juan Palo II lograron mejorar, cuando menos en parte, la malograda imagen de la organización por los procesamientos por pederastia de varios de sus miembros.

 

Juan Pablo II tenía, entre otras cosas, carisma y precisamente él elucubró las JMJ; su conexión con los jóvenes adeptos a la organización religiosa se transformó en una de sus mejores cartas.

 

El portavoz del Vaticano, Lombardi, afirmaba que Ratzinger no llegaba a Madrid como un jefe de Estado, lo hacía como un líder espiritual. Lógico, es el jefe de una organización religiosa aunque, también hay que valorar su figura como estratega internacional; el cual se encuentra en la sima de la pirámide de una organización que mueve millones y millones de euros, y condiciona la vida de otros tantos millones de seres humanos.

 

Está claro que un Papa católico, además de ser el líder de una organización religiosa, es un jefe de Estado, con lo cual cuenta con su propio servicio secreto; la información de que España se estaba contaminanda con el virus del laicismo llegó a manos de Ratzinger en forma de informes precisos y alarmantes; no queda otra, hay que librarles de las garras de Belcebú y exorcizar a los herejes.

 

Dichos informes reafirmaban las palabras del cardenal de Madrid y presidente de la Conferencia Episcopal, Rouco Varela, el cual presa del pánico manifestaba que en España se vive un estado de “anticlericalismo y laicismo agresivo”.

 

Precisamente y de forma lamentable se sintió la agresividad y la violencia por las calles de Madrid; las fuerzas de seguridad del Estado, las cuales sospecho cumplirían órdenes, intentaron desmovilizar una manifestación pacífica a base de violencia pura y dura.

 

Se pasaron tres pueblos, todo hay que decirlo, como también que cada uno tiene derecho a defender sus ideales de forma pacífica; vale decir que dentro del respeto y la tolerancia el expresarnos más que un derecho es un deber ciudadano y está amparado en la Constitución.

 

El poder de un Papa, solo basta echar un vistazo a los libros de historia para entenderlo, es literalmente monstruoso y, precisamente, como monstruos muchos Papas han quedado reflejados a lo largo de la historia. Entrometiéndose en asuntos de política internacional, apoyando dictaduras varias e incluso vinculados a los Nazis; realizando maniobras financieras de altísimo nivel e intervenido directamente en la economía de varios países; condicionando de forma nefasta a millones de seres humanos.

 

Recomendando, entre otras cosas, la no utilización del preservativo, lo cual personalmente considero casi un crimen de lesa humanidad; inventando milagros para justificar beatificaciones que convierten en santos a sus propios jefes de la organización y lo más bestial por si fuera poco, defendiendo pederastas.

 

Vade retro Ratzinger, y por cierto, en lo personal considero que lo peligroso no es manifestarse libremente en contra de algo o disentir sobre las ideas de los demás, lo realmente peligroso es la intolerancia, defender pederastas, discriminar a la mujer y pretender condicionar a millones de seres humanos o afirmar que la homosexualidad es una enfermedad.

 

Jamás un libro de ninguna organización religiosa puede colocarse por encima de la Constitución.

 

 

Fuente:  JMJ Madrid 2011

Author: Daniel Costa Lerena

Psicólogo Clínico, Master en Coaching y NLP-DBM. Webmaster y Blogger.

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