Ratzinger no es profeta en su tierra.
Discurso del hijo pródigo en el Bundestag.
Al parecer Ratzinger no llega a controlar satisfactoriamente sus tendencias masoquistas, su auto control solo le alcanza para reprimir su sexualidad; luego de luchar contra el demonio del laicismo en España visitó su país natal para recibir un baño no precisamente de halagos.
Alemania recibió al jefe de la Iglesia Católica, Joseph Ratzinger alias Benedicto XVI, en medio de la polémica al celebrar éste la que era su primera visita como líder de la organización religiosa. Su discurso en el Bundestag, Parlamento Federal de Alemania, levantó ampollas y alimentó la polémica; unos cien parlamentarios se ausentaron entendiendo que la presencia de Ratzinger en el Bundestag contravenía el principio de neutralidad religiosa de dicho parlamento.
El discurso que ofreció Ratzinger no tuvo desperdicio; etiquetó a Adolf Hitler de “ídolo pagano” y “líder del régimen de terror del nacionalsocialismo fundado en un mito racista”.
Al leerlo simplemente recordé algunas de las tropelías de la Iglesia Católica a lo largo de su triste historia; por ejemplo, en la Conquista de América o secundando a las dictaduras de turno, tanto en Latinoamérica como en España; sin dejar de lado que para millones de seres humanos en el planeta su Dios también es un mito.
El Vaticano por otro lado tampoco es símbolo de austeridad, al contrario, parece más un símbolo pagano de ostentación y lujo desmedido al igual que un buen número de templos católicos instalados por medio mundo.
En otra de sus partes del discurso, Ratzinger afirma sin pudor alguno lo siguiente: “Cuando no se respeta a este Dios único, se pierde el respeto también por la dignidad del hombre”.
Probablemente quisiera hacer referencia a la poca dignidad que estimulan por ejemplo en África, continente en dónde la Iglesia Católica prefiere que millones de seres humanos se contagien del virus del VIH antes de usar un preservativo; claro, es más digno morir enfermo de Sida que utilizar un condón.
Tampoco mostraron mucha dignidad a decir verdad al momento de elucubrar la trama anticomunista junto a los americanos y algún líder sindical en Polonia; rematando la faena de condicionamiento nefasto y devastador al que sometieron a dicho país los Nazis en primer lugar y posteriormente los Soviéticos.
Ciertamente para respetar la vida no se necesita ser adepto a ninguna religión y mucho menos creer en ninguna divinidad para comprender lo que es la dignidad.
El discurso de Ratzinger en el Bundestag siguió incomodando.
Ratzinger no perdió oportunidad de condenar la barbarie Nazi en cada intervención e inspirado en su visita a los campos de exterminio de Auschwitz y Birkenau en Polonia dejó otra perla para analizar: “Las horribles imágenes de los campos de concentración al final de la guerra mostraron de lo que puede ser capaz el hombre que rechaza a Dios y el rostro que puede asumir un pueblo en el rechazo de ese Dios”.
Sublime sin lugar a dudas, porque lo mismo pensarían los familiares de los desaparecidos de las dictaduras militares al encontrar los restos de sus seres queridos en las fosas comunes, dictaduras que insisto la Iglesia Católica siempre bendijo y hasta llegó a proclamar que estaban avaladas por la gracia de su mítico Dios.
En persona visité los campos de exterminio de seres humanos en Auschwitz y Birkenau y, a decir verdad, lo que recordé en su momento fueron los documentos que vinculan, precisamente, a la Iglesia Católica con el movimiento Nazi. Curioso que el actual jefe de la organización religiosa pase por alto el pequeño detalle teniendo en cuenta que hasta él ha sido vinculado, presuntamente, con los nazis.
Tanto por acción como por omisión se puede ser cómplice de una barbarie tal y, ni que decir, más todavía si se juega un papel activo colaborando con los victimarios.
Ratzinger en el Bundestag y las almas poseídas en las calles.
Mientras Ratzinger ofrecía su cátedra salvadora e iluminadora en el Bundestag, en las calles se sucedían las protestas de cientos de personas. Los alemanes disidentes, porque los hay, poseídos por Satanás esgrimían en una marcha demoníaca ciertas verdades por las cuales la Iglesia Católica al escucharlas esconde la cabeza.
Tales verdades son por todos conocidas; los crímenes de pederastia cometidos por algunos miembros de la organización, la homofobia indecente que promueve el Vaticano o el machismo solapado de la organización religiosa, en fin, nada nuevo bajo el sol.
Los Nazis cometieron actos de barbarie y la Iglesia Católica a lo largo de su historia también, con matices y rasgos diferentes aunque barbaries al fin.
Ratzinger en vez de rasgarse las vestiduras por los crímenes cometidos por el movimiento Nazi, sería mejor que dejara de mirar la paja en el ojo ajeno y comenzara por ordenar su casa; tampoco estaría demás que de paso hiciera mea culpa por las atrocidades cometidas por algunos miembros de su organización religiosa y los condenara de forma contundente.
Cuando hay que señalar con el dedo Ratzinger es lapidario e intolerante, siempre y cuando no sea contra los miembros de su organización o las nefastas consecuencias de la doctrina que promueve su Iglesia Católica.
(4) Comments
reikiarjun
Sencillamente esta papisa es un bocazas.
No tengo nada más que añadir a lo escrito.
Daniel Costa Lerena
Gracias Reikiarjun por tu comentario.
El mismo es claro y contundente. El discurso de Ratzinger es en extremo doctrinal y la mayoría de las veces me resulta surrealista, cuando no bizarro.
Sería saludable que los adeptos a las doctrinas religiosas analizaran ciertos hechos ampliamente documentados y claro, cuestionaran a los líderes de dichas organizaciones religiosas por sus actos.
Con lo anterior no pretendo ni mucho menos cuestionar la fe de nadie; en definitiva cada uno cree en lo que quiere o en lo que puede.
Anónimo
Mejor que éste pidiera perdón por los curas pedófilos y se dejara de tanta tontería.
Muy bueno y opino igual que vos en todo.
Daniel Costa Lerena
Gracias por tu comentario.!
Sería más que interesante que la cúpula de la organización religiosa, dirigida por Ratzinger a decir verdad, tomara otro tipo de medidas en relación a los casos de pedofilia protagonizados por muchos de sus miembros.
Vale decir que “todos los tigres son felinos aunque no todos los felinos son tigres”, con lo cual no podemos generalizar. Por supuesto que no todos los miembros de la organización religiosa en cuestión son pedófilos ni mucho menos.