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Atendiendo desde las necesidades de los demás.

Atendiendo desde las necesidades de los demás.

Atender desde la necesidades de los demás no significa de forma alguna ponernos en su lugar; es un ejercicio de inteligencia afectiva y emocional, un intento por entender y eventualmente comprender al otro.

Evidentemente para tal ejercicio debemos hacer gala de un bajo nivel de egoísmo y mostrar verdadero interés, la intenciones desde luego corren por cuenta de cada uno.  Ahora bien, independientemente de nuestros lazos con el otro o la relación desde lo social, el atender desde el otro puede ser más que beneficioso al momento de establecer relaciones interpersonales saludables y satisfactorias a nuestros intereses.

Prestar atención a los demás nos puede ahorrar vernos en medio de una situación desagradable; no resultar inoportunos e incluso evitar realizar comentarios o actos desafortunados, los cuales nos pueden pasar la eventual factura. Claro está que lo primero es lo primero, para poder atender desde las necesidades de los demás, antes de nada procede analizar cuáles son las nuestras.

Si el otro por ejemplo no atiende desde las nuestras o por ejemplo no logra distinguirlas, por él o los motivos que fuera, una acto de inteligencia afectiva es el manifestar abierta y sinceramente nuestra necesidad. Al mismo tiempo podemos ser nosotros los que por más voluntad en atender desde el otro no logremos realizar las debidas distinciones y claro, podemos intentar averiguarlas.

Para atender desde las necesidades del otro es menester escuchar y observar; establecer el por qué y para qué lo haremos son los factores siguientes a tener en cuenta. Podemos decir que es para amplificar nuestra intención, el buscar el motivo personal del por qué atenderemos a las necesidades del otro; pueden, evidentemente, estar relacionadas con el vínculo interpersonal establecido.

Las necesidades del otro bien pueden ser similares a las nuestras o no, aunque algunas son casi universales, el ser escuchados y recibir muestras de afecto; el ser respetados y contenidos emocionalmente en ciertas circunstancias de nuestras vidas e incluso, en muchas otras, el que nos pongan límites.  

La franja atarea determinará en tal sentido las necesidades personales y del otro; muchos padres por ejemplo no atienden en realidad a las de sus hijos e intentan satisfacer las suyas, con todo lo que ello implica.

En las relaciones de pareja es frecuente que desatienda a las necesidades del otro; con las amistades y las relaciones laborales, en fin, en todos los ámbitos que actuemos nuestras relaciones se pueden ver perjudicadas por, precisamente, no atender a las necesidades del otro o que las nuestras no sean contempladas.

La comunicación juega un papel más que importante en tal sentido y claro, el conocimiento del otro es determinante; debemos precisar algo importante y curioso al mismo tiempo, uno puede creer conocer al otro en sus necesidades aunque, no necesariamente estar en lo cierto.

Es frecuente que se confunda el conocer ciertas características de la personalidad del otro o experiencias por las que atravesó con conocer sus necesidades. Las mismas tienen algunas características básicas, unas son constantes, al no ser satisfechas o ser parte de sus necesidades existenciales, y otras presentan un patrón opuesto, se modifican permanentemente.

Por ejemplo, en cierto momento del día, independientemente de nuestra necesidad humana de afecto, es probable que no necesitemos precisamente un gesto en tal sentido hacia nuestra persona, aunque si podemos necesitar de la opinión del otro, es decir, el ser escuchados.

Vale decir que a lo largo de nuestras vidas ciertas necesidades al no verse satisfechas se convierten, eventualmente aunque no por regla, en carencias; las cuales de forma peligrosa pueden transformarse en elementos altamente negativos.

Ciertamente, atender desde las necesidades de los demás puede resultar más que beneficioso a la hora de establecer o mejorar nuestras relaciones interpersonales, sin olvidar primero en atender a las nuestras, lo cual nos permitirá conocernos mejor.

Author: Daniel Costa Lerena

Psicólogo Clínico, Master en Coaching y NLP-DBM. Webmaster y Blogger.

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