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La familia: una organización muy particular.

La familia: una organización muy particular.

La familia, si bien se entiende es la base de la sociedad, también es una pequeña organización; probablemente la más pequeña en cuanto miembros y la más hermética.

El ámbito de la familia exige de intimidad y lograr establecer ciertos principios básicos para su funcionamiento.

Recordemos que el ámbito familiar es más que determinante para un individuo, en él se produce la exposición al primer nivel de condicionamiento al que somos expuestos y por ende, combinado con otros factores, nuestros cinco primeros años de vida son fundamentales para el desarrollo de nuestra personalidad. Éstos bien pueden ser potenciadores de aspectos positivos o todo lo contrario, altamente negativos y lapidarios en nuestro futuro crecimiento personal.

La paternidad responsable desde luego procede aplicarla en toda regla, cuando menos el intentarlo es buen síntoma por parte de los líderes de la pequeña organización.

Los valores transmitidos por los padres se pueden interpretar como las normas o reglas de funcionamiento; establecer relaciones interpersonales dentro del seno de la familia en base al respeto, fomentar una comunicación fluida y bidireccional entre todos los miembros de la misma es clave.

El respeto debe imperar dentro de ella, no precisamente por el vínculo filial, por el humano; es decir, no respetar a un hijo por serlo, sino por su condición de persona; igualmente el respeto hacia los padres se debe canalizar no por su figura paterna, sino por su condición humana.

Los roles dentro del ámbito familiar deben estar bien definidos y no ser trasladados hacia otro miembro de la familia; por ejemplo, un abuelo es un abuelo y cumple un rol bien diferente al de los padres, no deben existir confusiones al respecto bajo ninguna circunstancia. 

Un hermano mayor es solo eso, el que nació primero, con lo cual no le otorga derechos especiales para con sus hermanos menores y claro, tampoco el asumir obligaciones y responsabilidades las cuales no le corresponden. No solo atribuirse por cuenta propia un rol que no corresponde es altamente negativo y perjudicial dentro de la familia, también el otorgarlo.

Las relaciones familiares se transforman en positivas como cuando se establece cualquier otra relación interpersonal, en base a un comunicación bidireccional fluida; no hay misterio. Claro que deben establecerse ciertas circunstancias básicas para que se produzca tal comunicación; la libertad de expresarse con confianza por parte de cualquier miembro de la familia, siempre bajo el marco del respeto claro, no solo desde lo intelectual, también desde lo emocional.

Atender a las necesidades del otro y al mismo tiempo que se atiendan las nuestras; teniendo en cuenta un aspecto fundamental, el cual puede llegar a ser poco claro para muchos padres, todos somos diferentes y tenemos diferentes necesidades. Ahí aparece otra falacia recurrente de muchos padres, el tratar de forma idéntica a sus hijos, sin tener en cuenta que son personas diferentes, con todo lo que ello implica.

Me refiero particularmente a los factores diferenciales de cada individuo, si bien es menester establecer ciertas formas no diferenciadas para tratar a los hijos, al mismo tiempo es necesario realizar tales distinciones particulares.

Los padres, como emisores, deben tener siempre presente que cada hijo reaccionará diferente a su mensaje, aunque éste sea el mismo lo procesarán de acuerdo a diferentes factores estrictamente individuales; insisto, sus necesidades serán diferentes y deberán contemplarse en consecuencia de forma individual.

La convivencia desde luego puede resultar algo bastante complicada para muchos, el carácter individual de cada miembro de la familia, sus necesidades específicas y sus formas de interpretar y procesar la realidad determinarán, junto a las normas y derechos establecidos, el funcionamiento entre sus miembros.

Desde luego los valores que primen en el seno de una familia serán clave a la hora de establecer las relaciones interpersonales entre sus miembros; en cuanto a ello, los que se destacan como básicos son el respeto y el diálogo.

Sin respeto no hay diálogo posible y sin éste la comunicación será muy dificultosa.

Author: Daniel Costa Lerena

Psicólogo Clínico, Master en Coaching y NLP-DBM. Webmaster y Blogger.

(2) Comments
  1. Como reza el dicho popular: "cada familia es un mundo". Me parece muy bien lo que dices del respeto como valor que prime en la familia,sin respeto nada es posible. Saludos.

  2. Hoy en día hay más familias disfuncionales que hijos!!!!!! Los padres a lo suyo y los hijos por otro lado, cada uno hace su vida y mientras los hijos no molesten mejor y si cualquier cosa muchos padres lo arreglan con dinero. Me gustan varias cosas de las que dices y las comparto.

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