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Ley de alimentos con exceso de grasa saturada.

Ley de alimentos con exceso de grasa saturada.

Dinamarca marca precedente con su nueva Ley que grava los alimentos que contienen grasa saturada en exceso. Dicha Ley sería la primera de aplicarse en el mundo y será cuando menos un modelo de referencia a tener en cuenta.

En la práctica Dinamarca cuenta con una Ley que grava los alimentos con excesos de azúcares como refrescos y otros productos, aumentando sus precios en un 10%. Los resultados en tal sentido, según las propias autoridades, no han sido positivos, el consumo de tales productos alimenticios no descendió por la subida de precios. Vale decir que tal aumento no encareció demasiado el coste de los mismos para el consumidor final, probablemente o no, motivo de que no surtiera el efecto buscado con la medida adoptada.

Productos como el alcohol y el tabaco son fuertemente gravados con impuesto no solo en Dinamarca, cualquiera pude notar fácilmente las diferencias de precios de tales productos entre los países de la Unión Europea.

Desde luego hay un par de aspectos interesantes a valorar. Los alimentos con exceso de grasas saturadas son nocivos para salud y con ello traen consecuencia para sus consumidores a mediano y largo plazo. Por otro lado, si bien podemos gravar tales alimentos con una ley, vale decir que al mismo tiempo bien se podrían beneficiar de reducciones fiscales otros, los saludables. Frutas, verduras y pescados por ejemplo, alimentos los cuales muchas veces son caros en relación a otros no tan beneficiosos para nuestra salud.

La obesidad y los problemas de salud relacionados con la grasa saturada son desde luego temas graves, teniendo en cuenta los índices de patologías alimentarias por sobrepeso y las relacionadas con el sistema cardiovascular, es menester tomar medidas al respecto.

No solo por la calidad de vida de los ciudadanos, también por un tema económico. La baja calidad de vida y una mala alimentación, repercutirá de forma negativa en el sistema sanitario de una sociedad. Desde luego no es justo que quienes mantienen hábitos alimenticios y saludables, paguen la inconsciencia o desidia de lo demás.

La realidad es lamentable en cuanto a la calidad de los alimentos que se consumen en nuestras sociedades, como prueba solo hay que echar un vistazo a las estadísticas de obesidad y los relacionados, como mencioné anteriormente, con el sistema cardiovascular.

¿Una Ley es la solución al problema de los alimentos que consumimos?

Dos aspectos me agradaría resaltar en tal sentido, el primero es que la obesidad infantil está enquistada en nuestras sociedades, y es responsabilidad de los progenitores; los niños evidentemente no tiene facultades para elegir conscientemente los alimentos que ingieren o, eventualmente, determinar las posibles consecuencias para su salud.

Por otro lado, tanto la alimentación como los hábitos de vida saludables se transmiten, es decir, se enseñan dentro del ámbito familiar y el educativo.

El estímulo y sobre todo el ejemplo son factores calves para condicionar de forma positiva a un individuo; factores ambos que evidentemente no están siendo contemplados como debiera ser por quienes corresponde. El transmitir hábitos beneficiosos para salud y la forma de relacionarnos con los alimentos es parte del ejercicio de una paternidad responsable.

Al mismo tiempo es menester que los gobiernos centren esfuerzos y destinen recursos para dar continuidad al proceso comenzado dentro del ámbito familiar; en el educativo también procede obrar en consecuencia, estableciendo mecanismos condicionadores positivos en cuanto a la relación con los alimentos.

La Ley implementada en Dinamarca para regular el consumo de alimentos con exceso de grasa saturada, cuando menos es un intento; lo importante es la toma de conciencia a nivel social e insisto, intentar hacer algo.

Los resultados en definitiva poco importan en relación a la toma de conciencia del problema, porque en definitiva para establecer cualquier cambio social, lo primero es la toma de conciencia individual y, en éste caso en particular, modificar hábitos; los cuales repercutirán de forma positiva en el conjunto de dicha sociedad.

Recordad, somos lo que comemos y al final de cuentas los principales perjudicados por un consumo de alimentos perjudiciales para la salud somos nosotros. 

Fuente: elmundo.es

Author: Daniel Costa Lerena

Psicólogo Clínico, Master en Coaching y NLP-DBM. Webmaster y Blogger.

(3) Comments
  1. Si solo hay que ver a los padres con los cerditos de la mano, es tremendo y todavía los inflan a bollos y coca cola. Después se quejan que el crío es gordito, lógico si parece que lo estuvieran engordando para navidad.

  2. Gracias por tu comentario.!

    Así es, aunque puede sonar un tanto peyorativo lo de “gorditos”, no deja de ser una realidad que no escapa a nadie. Personalmente detecté lo que tu comentas, los padres parece ser que no entienden que el sobrepeso es un problema de salud y claro, en el futuro los que pagarán el precio de un modo u otro sus sus hijos.

    Parte del ejercicio de una paternidad responsable, cuando menos así lo entiendo, es enseñar a los hijos a relacionarse de forma saludable con los alimentos.

  3. Yo no se si una ley es la solución al problema pero por lo menos es algo. Igual también tendrían que legislar sobre otras cosas más importantes pero también es verdad que la salud es lo primero. También me parece que eso se puede hacer en algunos países como Dinamarca y no en todos, porque el nivel cultural es muy distinto y están mucho más adelantados que el resto.

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