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Ni héroes ni villanos: evitar ser dicotómicos.

Ni héroes ni villanos: evitar ser dicotómicos.

Posicionarnos basados en términos dicotómicos no siempre es conveniente.

 

Muchos son quienes valoran los aspectos de sus vidas en términos dicotómicos, es decir, en blanco o negro, sin realizar las distinciones de los matices intermedios. Curiosamente, dichas personas tienen una fuerte tendencia a recaer hacia el lado negativo.

Tan importante es realizar las distinciones de matices en nuestra propia personalidad como en la de los demás. El observar y valorar en términos dicotómicos solamente puede perjudicar nuestra propia valoración o la de los otros.

El propio término dicotómico determina solo dos opciones, dos posibilidades o dos posibles alternativas y, cuando estamos en presencia de solo dos caminos a seguir es altamente probable que nos auto coloquemos al borde del conflicto. Si logramos encontrar una tercera opción estaremos despejando la posibilidad de que se genere un conflicto del cual tendremos que tomar debida cuenta por nuestro propio beneficio.

Es vital entender que somos personas con aspectos positivos y negativos en nuestras personalidades, lo que de ninguna manera quiere decir que no podamos modificar tanto los aspectos negativos y potenciar los positivos. Dependiendo de nuestras necesidades particulares podremos establecer mecanismos generativos o remediativos para tales aspectos.

Si observamos a las personas que nos rodean o con las cuales interactuamos por diferentes motivos en tales términos, es decir dicotómicos, no estamos siendo justos con ellos, puesto que en definitiva nuestra valoración es estrictamente personal, por tanto subjetiva y dependiendo directamente de nuestra experiencia., aunque claro, al fin y al cabo es un simple y en extremo complejo tema de percepción.

Lo que para algunos puede ser valorado como algo negativo para otros puede resultar diametralmente opuesto, es decir, positivo y para otros una mezcla de tales polos los cuales se mezclan en porcentajes diferentes.

Dentro de todo lo bueno hay algo malo y dentro de todo lo malo hay algo bueno.

 

Los conceptos de bueno y malo en si mismo son limitadores porque ni todo es tan bueno y ni todo es tan malo; volvemos a la necesidad de encontrar los matices y el evitar ser dicotómicos.

Tales conceptos ciertamente dependen directamente de los efectos mostrados como consecuencia de los diferentes procesos de condicionamiento experimentados por el individuo. Por ejemplo, si mi tendencia sexual es la heterosexual, no significa de manera alguna que la homosexualidad sea negativa, en todo caso, podrá ser una tendencia sexual diferente a la nuestra o eventualmente no ser de nuestro agrado la misma, lo que no significa de manera alguna por cierto que la la tendencia homosexual carezca de validez.

Si entramos en la tendencia compulsiva humana de etiquetar, lógicamente estaremos realizando un juicio de valor y por consiguiente estaremos determinando desde nuestra visión los aspectos negativos o positivos de la misma según los interpretemos.

El etiquetar en definitiva nos limita en nuestras posibilidades de relacionarnos satisfactoriamente con el otro, nos dificulta la comunicación y, combinando una limitación y una dificultad podemos estar auto generando un problema el cual será exclusivamente nuestro tanto en el sentido de propiedad como de factor que dificulte o limite nuestras relaciones.

Al mismo tiempo, de un modo u otro el etiquetar nos posiciona como individuos dicotómicos.

Un detalle interesante de que valoremos es que las personas con tendencias dicotómicas incurren frecuentemente e inconscientemente por cierto, en conductas culpatorias y auto inculpatorias. No logran distinguir la terminología precisa para definir lo que procesan y terminan utilizando vocablos en si mismos altamente negativos desde el punto de vista condicionador.

Culpable, malo o negativo; así utilizan e incrustan tales términos con toda la carga negativa personal que están inconscientemente utilizando y como consecuencia atentando contra sus propios intereses. 

Desde el otro también actúan como agentes condicionadores negativos externos y, en muchas ocasiones nos encontraremos que ni siquiera queremos estar en presencia de tales personas por el efecto devastador que nos producen a nivel inconsciente. Porque no debemos dejar de lado que dentro de la comunicación a nivel de las relaciones interpersonales, la comunicación no verbal es el porcentaje mayor del total de dicha comunicación establecida cuando interactuamos con otra persona.

Si logramos valorarnos como personas falibles, con derecho al equivocar y corregir, estaremos dando el primer paso para permitirnos valorar a los otros de igual modo, a los miembros de nuestra familia, amigos, vecinos, compañeros de trabajo y eventualmente a cualquier persona con la que tengamos que interactuar.

Si podemos vernos como personas con matices en nuestra personalidad, también podremos eventualmente observar en los otros tales matices y así interactuar de forma diferente, acorde a nuestras necesidades y las de los demás.

Como se transmite a través de la simbología del Yin y el Yang, dentro de todo lo bueno hay algo malo y dentro de todo lo malo hay algo bueno. De igual forma, si logramos detectar y realizar la distinción correspondiente dentro de cualquier experiencia personal, estaremos aprendiendo a extraer lo realmente beneficioso para nuestra propia vida, y por supuesto es menester evitar transformarnos en seres dicotómicos.

Author: Daniel Costa Lerena

Psicólogo Clínico, Master en Coaching y NLP-DBM. Webmaster y Blogger.

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