¿Cuánto cuesta tu blog?
Cómo calcular el valor de tu blog.
Es curioso, la tendencia es a valorarlo todo a través de lo material; por tanto, un blog no es evidentemente de forma alguna la excepción a la regla, o sí, porque no todo es necesario pasarlo por un valoración estrictamente económica.
Mi blog no tiene precio, no porque me pertenezca, porque tampoco es enteramente de mi propiedad, también es vuestro; ni tampoco porque sea algo nunca visto o sensacional, simplemente porque no se mueve por intereses económicos o mejor dicho, no me muevo por ellos.
Si observáis la estructura del blog, no encontraréis publicidad con fines de recaudar dinero. Algunos links que coloco a modo de servicio para vosotros son lógicamente de empresas destinadas a recaudar, es normal son empresas, al fin y al cabo se dedican precisamente al lucro. Aunque insisto, son enlaces o referencias sobre los artículos que escribo sin intención de lucro por mi parte.
Por ejemplo, la opción de sumarme al programa Google AdSense no la valoré como una posibilidad que satisfaga mis verdaderas necesidades del porqué tener el blog.
Quienes administramos un blog, y lo comento porque no todos los lectores tenéis por qué saberlo, tenemos una posibilidad con un solo click de ratón de comenzar a ganar dinero. En mi caso opté por los servicios gratuitos de alojamientos para el blog a través de Blogger, perteneciente a Google.
Cuando entramos en el panel de control de la plataforma, encontramos la opción “monetizar” y de inmediato nos abre la posibilidad antes mencionada. La forma de ganar dinero es permitiendo a través del programa Google AdSense que inserten publicidad en nuestro blog. Cuando quienes entráis a un blog acogido a dicho sistema y, si hacéis click en los enlaces publicitarios, se debitará a la cuenta del propietario del blog un monto establecido de dinero por el valor de cada click correspondiente.
Por supuesto que no tengo nada en lo absoluto por quién opta por ganar dinero dinero con su blog, de hecho, si por diferentes motivos administramos un blog y con todo lo que ello significa, tampoco está de más ganar un poco de dinero, en definitiva a nadie le amarga un dulce. Los blog pueden eventualmente llegar a generar mucho dinero, algunos hasta millones pueden ganar con su también llamada bitácora. Además de legal es válido desde cualquier punto de vista tomarlo como un trabajo, un medio de vida o como estrategia empresarial.
Por mi parte comencé el blog de un día para el otro, por necesidad de expresarme, de compartir mis ideas y opiniones personales, sin más pretensiones. Para ser más exacto la idea surgió a partir de mi experiencia posterior a escribir una nota en Facebook sobre Juan Pablo II. A partir de dicha nota algunas personas optaron por la vía de la intolerancia, propio claro de sus limitaciones a diferentes niveles, y las reacciones hasta algo agresivas se manifestaron en forma de emails anónimos y otros con nombre y apellido.
Media docena de contactos optaron por quitarme de sus listas de amigos en Facebook y se perdieron la oportunidad de argumentar sus diferencias respecto de mi nota. Sospecho que justamente sus carencias de argumentos les llevaron a sentir impotencia de no saber exactamente por qué discrepaban y en otros casos particulares tengo evidencias de que sus vidas sumergidas en la hipocresía no les permitieron ser auténticos por un momento y despojarse de su triste, porque al final es triste, maquillaje social de cara a la galería.
Siempre es más que interesante intercambiar ideas, discrepando desde el respeto, argumentando, cuestionando conceptos y teorías establecidas, y por qué no, reflexionando y valorando nuestros propios conceptos e ideas para eventualmente poder modificarlos con la flexibilidad necesaria para modelar nuestro pensamiento.
Cuando encuentro un comentario que es diametralmente opuesto al mío me encanta, me lleva primero a reflexionar y cuestionar mi propio concepto, para luego establecer los argumentos con los cuales discreparé.
Curiosamente mis autores favoritos son los que se encuentran en las antípodas con respecto a mis ideas y conceptos, me provocan cuestionarme y cuestionarlos, lo vivo como un ejercicio intelectual más que placentero, hasta muchas en oportunidades como un verdadero desafío intelectual al procurar sólidos argumentos para discrepar con ellos. Lógicamente mis autores dilectos, con los cuales comulgo, me estimulan a solidificar mis conceptos y mejorar sustancialmente la calidad de mis argumentos al momento tanto de discrepar como de coincidir con cualquier persona.
En internet existen miles, hasta me atrevo a decir millones de personas que administran un blog sin fines de lucro, por amor al arte como se suele decir, por compartir una pasión, por intentar expresar sus ideas y conceptos dentro del marco de la libertad de expresión; por hobby, por necesidad o por los motivos que podamos imaginar. Invirtiendo mucho tiempo en escribir cada post, mejorando el diseño y el contenido de un blog que no es ni más ni menos que una creación propia que trasciende lo estrictamente personal al compartirlo con vosotros.
Soy uno más y al mismo tiempo soy uno menos entre los bloggers amateur que dedicamos mucho tiempo en nuestro blog, dedicados con pasión y respeto al intentar transmitir, comunicarnos y, en definitiva, compartir contenidos con vosotros. Os puede agradar más o menos un blog, podéis discrepar o no con las opiniones, en el diseño y contenido, hasta os puede parecer una verdadera pérdida de tiempo siendo analizado desde vuestras realidades y necesidades existenciales y, por qué no de otro tipo, ahora, no desmerezcáis ni por un instante el trabajo y el tiempo invertido por una persona que solo intenta crear.
El otro día una persona que pertenece a mi circulo de amistades, una persona más que especial, me hizo una pregunta que para muchos puede resultar válida y hasta interesante u oportuna aunque, para muchos verdaderamente estúpida, ¿por qué dedicas tanto tiempo a un blog que no te da dinero?
Mi respuesta fue la siguiente, “porque soy estúpido, masoquista y porque todavía considero que hay cosas, las más importantes en la vida por cierto, que no se pueden comprar con una tarjeta de crédito”.
Si vosotros pensáis como la persona que me formuló tal pregunta, os recomiendo que trabajéis duro para hacer crecer vuestra cuenta de banco y, si sois de los otros, de los nuestros, mi más sincera enhorabuena, porque sin daros cuenta quizás habéis descubierto una de las claves más importante que un ser humano puede descubrir, que lo más importante en nuestras vidas nunca podremos comprarlo con dinero.
Lo que un ser humano puede llegar a hacer por dar satisfacción a su necesidad por el deseo del objeto no tiene límites, para algunos, porque para otros, nuestra necesidad queda más que satisfecha en nuestros afectos, proyectos personales y profesionales.
(3) Comments
Juan Alberto García
yo creo que hay que hacer las cosas sin pensar en el dinero, no todo tiene girar entorno a él.
Daniel Costa Lerena
Gracias Juan Alberto por tu comentario.!
Coincido contigo aunque para algunos, una buena mayoría a decir verdad, gira en torno a él. Entiendo que no todo debemos hacerlo por dinero, también hay que disfrutar de la experiencia y aprender de ella. Un saludo.
Miguel Fernandez
Los blog ses venden??? Recién me entero.