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Nuestro sistema de creencias.

Nuestro sistema de creencias.

 

Nuestro sistema de creencias será determinante para interpretar nuestra realidad y vincularnos con nuestro entorno.

Una creencia es el sentimiento personal sobre el significado de algo. Somos dueños de nuestra propia verdad y claro, no necesariamente debe coincidir con la de otros. Las mismas se forman desde nuestra primera fase de condicionamiento al que somos expuestos y, en las sucesivas fases, se irán modificando y desarrollando en consecuencia.

Las creencias más arraigadas suelen ser aquellas que se instalan dentro nuestro durante las primeras fases del desarrollo psicosexual y en la respectiva fase de condicionamiento.

Para establecer nuestro sistema de creencias a partir de ideas personales necesitamos de evidencias o pruebas que confirmen estamos en lo cierto, presuntamente puesto que muchas veces una creencia no tiene un argumento basado en una prueba o evidencia.

Claro ejemplo de los anterior pueden ser las creencias en doctrinas religiosas u otras doctrinas de las cuales muy difícilmente podamos obtener pruebas, desde lo científico claro y no desde una simple interpretación personal desde el condicionamiento al que somos expuestos.

Nuestra experiencia personal será determinante al mismo tiempo para establecer dicho sistema de creencias y ajustarlas de forma inconsciente aunque, no siempre claro, en base a nuestras necesidades existenciales, afectivas o de otra índole.

Las creencias son un factor clave dentro de nuestra conducta, potenciando o limitando, actúan de forma constante y se pueden modelar, podemos modificar nuestro sistema de creencias. Las que nos limitan evidentemente debemos cuando menos valorarlas como primer paso para el eventual cambio aunque, lo primero es lo primero y procede el preguntarnos cuáles son nuestras creencias y cuestionarlas.

Al realizarnos tal planteamiento por un lado, reafirmaremos aquellas creencias que nos potencian y benefician con el elemento altamente importante de ser conscientes de nuestros recursos y, por el otro, aquellas que nos dificultan lograr detectarlas para con las correspondientes distinciones comenzar el proceso de modificarlas.

La tendencia indica que el papel inconsciente muchas veces nos juega en contra referente a nuestras creencias, el dar por válido cualquier elemento o idea sin cuestionarlo, pensar que estamos en lo cierto sin atender desde otras posibilidades o dejarnos llevar por el vicio de la generalización.

No lograr disociarnos de las creencias para analizarlas desde otra perspectiva y lograr realizar las distinciones necesarias del cómo afectan de una forma u otra nuestra vida es en sí mismo un factor negativo.

Cuando una creencia entra en conflicto con otra o con nuestra conducta manifiesta, se produce la incongruencia y la confusión, ante ella la mejor opción es estructurar, analizar y proceder en consecuencia. Insisto, comenzando primero por analizar fractalmente nuestro sistema de creencias, tomar conciencia, cuestionarlas y cuestionarnos de hasta dónde nos son beneficiosas o perjudiciales.

Teniendo en cuenta que nuestra experiencia alimenta nuestra subjetividad y por tanto nos condiciona, debemos atender desde ella y las conexiones establecidas con nuestro sistema de creencias.

En tales circunstancias nos encontramos que el contenido de la experiencia de forma alguna es tan significativo o condicionante del hoy como la marca que nos dejó y, precisamente ella, es la que nos condiciona limitando nuestro desarrollo.

Atendiendo desde el condicionamiento negativo de nuestro lenguaje, al utilizar términos como debería, podría o tendría las creencias cobran un sentido altamente limitador jugando en nuestra contra.

El pero, es otro término más que interesante de modificar en nuestra forma de hablar y claro, el no, limitador condicionante negativo en potencia; lo cual no significa de forma alguna que un no, bien colocado en el momento preciso nos puede beneficiar.

Tan importante es aprender a utilizar el no de acuerdo a las circunstancias como el aprender a comunicarnos con nosotros mismos sin condicionarnos de forma negativa con ello.

En cualquier caso, analizar nuestro sistema de ceencias y determinar su estructura es muy importante, y nos permitirá un desarrollo personal más satisfactorio.

Author: Daniel Costa Lerena

Psicólogo Clínico, Master en Coaching y NLP-DBM. Webmaster y Blogger.

(1) Comments
  1. Un artículo muy bueno para reflexionar Daniel. A mi me hicieron creer de pequeña en Dios y en la forma en la que creían mis padres. Después de grande terminé por dejar de creer en nada de lo que me habían dicho porque no me parecía algo normal encender velas o anda rezando de rodillas. Creo en Dios pero de otra forma, a mi manera sin que nadie me diga como tengo que creer en en él. Es muy interesante lo que dices porque la mayoría de las cosas en las que terminamos creyendo comenzaron a dárnoslas en la infancia, cuando eramos niños nos dieron mucha información parcializada y después hay comparar y ver si es algo en lo que queremos creer o no.

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