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Ley de brujos y videntes.

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Ley de brujos y videntes.

En Rumanía intentan regular las actividades de los brujos y videntes, la cartomancia y todas las formas de adivinar el futuro.

 

Muchas son las cosas que la ciencia aún no logra dar explicación, y por tanto quedan grandes lagunas dentro de las diferentes áreas del conocimiento. Que las hay las hay, hasta los más escépticos suelen decir tal frase, bueno, solemos decirla.

Las artes adivinatorias han sido culto para el ser humano desde tiempos inmemoriales, y lograr resolver satisfactoriamente la incertidumbre que genera en muchos el futuro queda patente hasta nuestros días. En algunas regiones del planeta la práctica de tales artes es más que un rasgo cultural, es parte de la esencia misma de sus sociedades. En mi experiencia personal siempre tengo presente respecto del tema tres claros ejemplos por haber conocido de primera mano tales realidades.

En España por ejemplo, la referencia de la tierra de los brujos y videntes es Galicia, aunque por Andalucía no se quedan muy atrás en el tema, particularmente por la fuerte influencia de la cultura gitana.

En Brasil y a través de las diferentes vertientes de la cultura afro se rinde culto a tales artes con variados matices y dependiendo no solamente de la región del país. Rumanía es, considerada por muchos expertos, la sede europea de la adivinación y de las brujas.

En Rumanía, las tierras de Vlad Tepes, no solamente la adivinación es patrimonio exclusivo de la cultura gipsy, es una práctica frecuente que podemos detectar en no solo las diferentes regiones del país, también en los diferentes niveles socio económicos de la población.

La cartomancia, el tarot, leer la borra del café y otros sistemas son aplicados para adivinar el futuro. Muchas personas lo hacen por simple afición y sin ánimo de lucro, y otros claro lo tienen como un trabajo. Un reflejo claro del protagonismo en la sociedad rumana de los brujos y videntes es el proyecto de Ley para regular tales actividades que se votaron en el parlamento de dicho país.

Rumanía intenta votar una ley para controlar a los brujos y videntes.

La cámara del Senado aprobó en primera instancia el proyecto de ley y luego en la cámara de Diputados fue rechazada. Básicamente el proyecto de Ley presentado intentaba regular la actividad y brindar garantías a los clientes.

Por un lado se pretendía regular la actividad al igual que cualquier actividad profesional liberal, es decir, las brujas y adivinos deberían aportar a la seguridad social; pagar impuestos como cualquier hijo de vecino y entregar la factura correspondiente por los servicios prestados a sus clientes.

Por otro lado, los clientes podrían presentar denuncia y correspondiente reclamación ante cualquier eventual equívoco al momento de serles adivinado su futuro. Para ser bien claros, si el vidente errara en su pronóstico podría ser demandado y el cliente ser resarcido.

Cuando se realizó un encuesta online en Rumanía sobre el Proyecto de Ley sobre los brujos y videntes, los resultados dieron una abrumadora mayoría de opiniones favorables a que el castigo a los adivinos que se equivocaban en sus pronósticos fuera la cárcel. Sí, directo a prisión por generar falsas expectativas a consecuencia de su equivocado pronóstico.

Considero un tanto exagerada la propuesta de condenar a penas de cárcel a las personas que ejercen la profesión, siempre y cuando claro, no fueran equívocos que pudieran más que condicionar negativamente a los clientes afectados; si se cruzara la línea y los resultados del equívoco fueran de tal prejuicio hacia la salud o el buen nombre del cliente sería otra cosa.

No dejemos de valorar que quienes recurren a tales servicios lo hacen de forma voluntaria e intentado satisfacer ciertas necesidades existenciales o de otra índole; las carencias cognitivas del ser humano no tienen límites, todo hay que decirlo.

La parte de que los brujos y videntes, no solamente de Rumanía, aporten a la seguridad social lo considero más que oportuno, es algo que procede desde lo legal. Es decir, si cualquiera ejerce una profesión y evidentemente recibe una remuneración por brindar un servicio es de recibo que pague los correspondientes impuestos.

Presuntamente, una laguna legal en la legislación rumana para encuadrar dichas actividades a nivel profesional, resultó el impedimento o excusa para ser votada en la cámara de Diputados de Rumanía.

En mi opinión personal, colocaron la carreta delante de los bueyes; primero se debería regular la actividad de los brujos y videntes dentro del sistema tributario, para luego poder el parlamento legislar en cuanto al proyecto sancionado por los senadores.

En Rumanía, varias voces sostienen que el proyecto no lo votaron los diputados por los “trabajos de magia” realizados por los posibles afectados, es decir, los miles de brujos y videntes rumanos. Por otro lado, muchos afirman que las presiones fueron el factor decisivo y claro, al final la ley tiene la última palabra.

Aunque, que las hay las hay y nunca se sabe, igual más de un diputado rumano tiene a un adivino como asesor personal.

Fuente: ziare.com   

Author: Daniel Costa Lerena

Psicólogo Clínico, Master en Coaching y NLP-DBM. Webmaster y Blogger.

(6) Comments
  1. Básicamente quienes recurren a tales servicios profesionales desde luego intentan satisfacer ciertas necesites, cuando más no sea por curiosidad o despejar la incertidumbre que genera en muchos el futuro. Desde luego estoy de acuerdo en que tal actividad debe estar debidamente regulada y claro, luego cada uno que gaste su dinero dónde quiera. Ciertamente en España, al igual que en casi todos los países del mundo, el tema de la adivinación del futuro es un gran negocio.
    Gracias por tu comentario.

  2. Gracias Anónimo por tu comentario.!

    Ciertamente la gran mayoría se aprovechan de las carencias de las personas, aunque no podemos dejar de lado el hecho de que los clientes acuden de forma voluntaria y solicitan libremente los servicios de éstos.

    Considero que lo más grave es la irregularidad en la actividad, cosa que además de perjudicar en varios aspectos además siembra la duda en otros tantos. Un saludo.

  3. Gran iniciativa! Deberían más que controlarlos tenerlos bajo la mira, porque me parece que hacen más daño del que podemos imaginar. Jugar con las carencias de los demás o con sus angustias no me parece correcto y hay que regularlo de algún modo.

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