Beatificación de Juan Pablo II.
Ratzinger sigue haciendo de las suyas con la Beatificación de Juan Pablo II.
El jefe actual de la Iglesia Católica, Joseph Alois Ratzinger (Benedicto XVI), el día 1 de mayo dirigió la beatificación Karol Jósef Wojtyla (Juan Pablo II).
Para llegar a Santo antes de nada hay que ser nombrado beato, tercer paso en la carrera hacia la canonización. Para serlo es necesario que el jefe de la organización, el Papa, nombre al candidato a través del proceso requerido según los estatutos, la beatificación.
Vale decir que el término beato también se suele utilizar para etiquetar a las personas aficionadas en sumo grado a las celebraciones religiosas.
Entre las diferentes opiniones sobre tal nombramiento es interesante destacar que el malestar provocado por el anuncio caló hondo dentro de la propia organización, particularmente en miembros de ciertos círculos. El motivo es simple, si revisamos el historial laboral de Juan Pablo II como jefe de la Iglesia Católica detectaremos fácilmente decisiones o posturas adoptadas un tanto discutibles desde la figura de un Santo.
Algunas de las características que destacaron a Juan Pablo II fueron su mando firme y el estricto orden moral, desde la doctrina de la Iglesia Católica claro, que estableció durante su mandato; y lo de mandato no es exagerado pues se lo interpretaba como un casi dictador en momentos que directamente expulsó a teólogos de la organización por disentir con sus ideas.
Recordemos un detalle más que importante, la Iglesia Católica es una organización piramidal en su estructura, las órdenes y directrices nunca mejor dicho bajan y deben ser cumplidas por sus miembros. El Vaticano por tanto es un Estado diferente, una pseudo dictadura puesto que no tiene parlamento.
No podemos dejar de lado la actitud y posición adoptada por Juan Pablo II ante los casos de pederastia protagonizados por miembros de su organización, particularmente el trato de favor y condescendencia que tuvo para con Marcial Maciel, líder de los legionarios de Cristo y por cierto, apoyado de forma incondicional por el que entonces era su brazo derecho, Ratzinger (Benedicto XVI).
Si miembros de la propia Iglesia Católica sienten malestar por la beatificación de Juan Pablo II, nada extraño es que los infieles y herejes cuando menos cuestionemos el llevar a los altares a una persona que dejó clara su posición sobre varios aspectos relacionados a la violación de los derechos humanos e incluso delitos literalmente execrables como los de pederastia.
Cierto es, y todo hay que decirlo, que cuando lo colocaron Juan Pablo II al frente de organización le dio un giro de 180º, particularmente lavando la imagen muy malograda de la Iglesia Católica y logrando algo muy importante para cualquier organización religiosa, conseguir nuevos adeptos para la causa. Aplicaron una jugada de marketing bien estructurada y apuntó directo a los jóvenes, vale, igual a lo que hace McDonalds, fidelizar los clientes desde temprana edad es una buena estrategia, nada místico por cierto.
En los últimos tiempos los nubarrones oscurecen el brillo del poder Vaticano y claro, es necesaria una acción rápida y sin vacilación alguna para salir a flote, una beatificación viene perfecta para tales necesidades. La gran cantidad de documentos que salieron a las luz en las últimas décadas relacionadas a las tropelías de la Iglesia Católica y algunos posicionamientos doctrinales provocaron el repudio de muchos sectores de las sociedades de occidente.
Ratzinger es considerado un verdadero estratega y no solo dentro de los pasillos de la sede de la organización, desde una posición secundaria y durante años asesoró y trabajó codo con codo con Juan Pablo II, por tanto además de utilizar su figura para darle un lavado de imagen a la organización se muestra como un hijo agradecido. Mata dos pájaros de un tiro.
Ciertamente el Vaticano rememoró viejos tiempos con el evento de la beatificación de Juan Pablo II. Las representaciones diplomáticas de diferentes países, más de noventa, y varias casas reales de Europa se hicieron presente, lo que evidencia que los lazos diplomáticos del Vaticano poco a poco comienzan a recomponerse como otrora lo había logrado hacer Juan Pablo II.
Entre ellas se destaca la presencia del dictador y genocida de Zimbabue, Robert Mugabe, repudiado por la Unión Europea y con la entrada prohibida al continente. Sin comentarios.
No se llega a ser el jefe de la Iglesia Católica por casualidad y habría que valorar si la beatificación es reconocer los méritos y virtudes por los servicios prestados durante veintisiete años por Juan Pablo II u otra jugada de marketing a las que nos tienen acostumbrados.
(14) Comments
DDmx
Estoy de acuerdo por una sencilla razón. Sin haber hecho nada, es el que más hizo. Es como lo del nobel de Obama. Hizo más su imagen, que él mismo.
Daniel Costa Lerena
Gracias DDmx por compartir tu opinión.
Al parecer en nuestras sociedades los méritos y virtudes demostrados desde las evidencias o basados en una actitud de vida quedan en segundo plano.
Ciertos modelos, como por ejemplo al que haces mención, como el otorgamiento del Premio Nobel, atentan en detrimento de ciertos valores no doctrinales o filosóficos, humanos me atrevería a decir. Colocar al mismo nivel a Obama y la Madre Teresa de Calcuta simplemente lo considero más que desafortunado, literalmente bizarro.
Colmena89
Precisamente estuve comentando con amigos esto de la Beatificación y estoy de acuerdo en que es una estrategia para recuperar adeptos, ya que por lo poco que se Juan Pablo II era bastante querido entre los católicos. En realidad no puedo hablar mucho de este Papa porque me pillo muy joven y además nunca he sentido mucho interés, pero la estrategia es clara. La iglesia católica esta perdiendo seguidores, pero no tantos como me gustaria. Un saludo.
Daniel Costa Lerena
Gracias Colmena89 por compartir tu opinión.
Entre otras elementos resulta curiosa la premura dentro del proceso en general de canonización de Juan Pablo II. Sospecho, como bien tu reflejas, hay ciertas necesidades a cubrir por parte la organización en cuanto a la captación de nuevos seguidores.
Indudable es ciertamente el carisma e impacto mediático que tenía Wojtyla, sin dejar de lado su habilidad en las lides diplomáticas claro. Su tarea como jefe del Estado Vaticano sospecho tuvo uno de sus más hábiles estrategas, sin desprestigiar al que se considera otro auténtico maestro del tema, el actual Papa y otrora mano derecha de Wojtyla, Ratzinger.
Un saludo y mis mejores deseos para ti.
Daniel Costa Lerena
Bueno, recordemos que todos los tigres son felinos aunque no todos los felinos son tigres, es decir, no todos los miembros activos de la organización, entendamos curas, son pedófilos. Gracias por tu comentario.
Anónimo
Es verdad, no todos los curas son pedófilos pero es que cada día aparecen más y más casos de abusos de menores por parte de ellos que uno no sabe que pensar. Y perdona por las palabras de comentario anterior, se me fue la olla y reconozco que estuviste bien en eliminarlo.
Andres Garcia
Los cuervos nunca dan puntada sin hilo y se cocinan todo de puertas para adentro.
Pedro Rios
Yo creo que todas las religiones buscan tener seguidores para poder hacer dinero. Habrá algunos curas o pastores bien intencionados pero creo que son los menos. Además el mundo está lleno de religiones, sectas y organizaciones que invocan a Dios. Pero la única que tiene un Estado es la Católica y con el Vaticano la llevan clara, banco, fondo de inversiones y hasta servicio secreto. Solo les falta el satélite propio porque las redes sociales las están inundando con sus contenidos. Y si a éste lo declaran santo la verdad no se que más esperar, al final a uno lo terminan alejando más de Dios y echando de las iglesias.
Anónimo
no creo que los santos anden protegiendo pederastas y ese sería cualquier cosa menos un santo.
Zina Munteanu
Es raro lo diferente que son los curas Católicos en comparación con los Ortodoxos. Por lo menos para nosotros es muy raro y también no entiendo porque no les dejan casarse a los curas católicos, los ortodoxos se casan y forman una familia como cualquiera, eso me parece más normal y lo otro no.
Anónimo
Me parece una vergüenza que se ponga en tela de juicio la santidad de un hombre como Juan PabloII, el cual solo transmitió los valores más sagrados de nuestra iglesia y generó en los jóvenes un amor por cristo como pocas veces pudimos ver. Julia.
Cecilia Martinez Hernandez
Vergüenza señora es encubrir a pederastas.
Daniel Costa Lerena
En virtud de algunos términos un tanto procaces utilizados en tu comentario tomé la decisión de eliminarlo. Aquí cualquiera puede expresar sus ideas u opiniones personales pero siempre desde el respeto; cualquier comentario ofensivo o que refleje intolerancia será eliminado. Gracias y espero contar con tus comentarios en otro tono más amable.
Cecilia Martinez Hernandez
Todos parte de la misma banda y cortados por la misma tijera.