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Autoestima: identidad, conciencia y expectativas.

Autoestima: identidad, conciencia y expectativas.

 Tomar conciencia de nosotros mismos es un factor determinante para mejorar nuestra autoestima.

El concepto de autoestima está unido indefectiblemente al de identidad, buscamos diferenciarnos del resto de nuestros congéneres y al mismo tiempo establecer relaciones interpersonales satisfactorias con ellos.

La autoestima en términos sencillos la podemos definir como el concepto que tenemos de nosotros mismos, el cual se irá construyendo dentro del proceso de crecimiento personal a través de las diferentes fases del desarrollo psicosexual, y atravesando los diferentes niveles de condicionamiento al que somos expuestos.

Tomar conciencia de nosotros mismos es factor de gran importancia, el cual combinado con el cómo nos ven los demás nos posibilitará formar el autoconcepto personal, y de ahí vincularnos directamente con nuestra autoestima.

Arma de doble filo es caer en términos dicotómicos respecto de nosotros mismos. No explorar nuestras áreas internas de forma flexible y entendiendo que no somos ni tan buenos ni tan malos, que de hecho en nuestra personalidad encontraremos y encontrarán los demás aspectos positivos y negativos, teniendo en cuenta que las valoraciones son meramente subjetivas.

Algunas experiencias vividas por el ser humanos en las diferentes fases del condicionamiento no solo pueden minar su autoestima, literalmente pueden ser lapidarias e ir en contra de sus intereses particulares perdurando en el tiempo y fijándose en su fuero interno. Tales experiencias además de condicionarle le limitarán y dificultarán enormemente desarrollarse plenamente y maximizar sus recursos como ser humano.

El primer nivel de condicionamiento al que somos expuestos, es decir el familiar, es clave para que podamos construir una sólida autoestima y valoremos a los demás en su justa medida.

Tan importante es valorarnos a conciencia como no elevarnos por encima de tal concepto generando falsas expectativas referente a nosotros mismos y terceras personas.

Nuestra condición humana nos brinda la posibilidad única y diferencial de tomar conciencia de nuestra identidad, poder valorarnos como seres imperfectos y ser capaces de modificar nuestro sistema de creencias. Ello claro sin necesidad de que nuestra autoestima se vea afectada negativamente.

Problemas relacionados con la autoestima.

Los problemas relacionados con la autoestima se suelen detectar en las edades tempranas del individuo aunque, no siempre suele ser así puesto que cualquier circunstancia en otras etapas puede condicionarla negativamente.

El rendimiento escolar frecuentemente se relaciona al concepto de autoestima del individuo, entre otros muchos factores, y claro, al hablar de tal fase no podemos dejar de lado los efectos devastadores que produce el acoso escolar en un sujeto. Condiciona, marca y limita el potencial a diferentes niveles del individuo haciendo incluso aparecer patologías asociadas.

Nada infrecuente, lamentablemente por cierto, es detectar sujetos los cuales solo pueden utilizar la violencia como vía de comunicación para así establecer relaciones interpersonales en dicha franja etárea.

Cuando establecemos relaciones interpersonales a cualquier nivel buscamos en definitiva la aprobación, y cuando no es el resultado esperado en base a nuestras expectativas el que obtenemos podemos caer en sentimientos de frustración. Tal sentimiento podemos experimentarlo en otras áreas de nuestras vidas, como cuando no alcanzamos nuestras metas u objetivos, y ello puede eventualmente repercutir de forma negativa en nuestra autoestima

Ante lo anterior, siempre debemos de tener en cuenta que lo importante en sí es experimentar el proceso y valorar los beneficios de recorrer el camino hacia nuestros objetivos, entendiéndolos como desenlaces y no como la meta final. Experimentando tal proceso en su totalidad, estaremos alimentando nuestra experiencia de forma subjetiva y en definitiva creciendo como personas; al mismo tiempo, también puede ser un recurso para mejor la autoestima.

Si dejamos de lado el objetivo y nos concentramos en el proceso, los beneficios serán significativos e independientes si de hecho alcanzamos o no la meta. Lo anterior es valido al momento de establecer relaciones interpersonales, el hecho de interactuar con otro, dejando de lado al sujeto como un fin y valorando la experiencia del contacto producido a diferentes niveles es lo que realmente nos alimenta.

La inteligencia emocional es de gran valía aunque, la inteligencia afectiva es la que hace la distinción en el ser humano, el verdadero diferencial a la hora de actuar de condicionador de las manifestaciones emocionales que experimentaremos.

Ser un analfabeto emocional no es tan peligroso como ser un analfabeto afectivo, y tales carencias más que minar nuestra autoestima condicionan indefectiblemente nuestro proceso de crecimiento.

Author: Daniel Costa Lerena

Psicólogo Clínico, Master en Coaching y NLP-DBM. Webmaster y Blogger.

(2) Comments
  1. Así es Ddmx, algunas sociedades presentan una tendencia diferente en cuanto al concepto de individualidad, particularmente aquellas condicionadas generaciones atrás por ideologías comunistas otras, como Japón, en las franjas etáreas más bajas se distinguen por look´s los cuales podemos interpretar de forma ridícula en occidente. Particularmente en lo referente a la imagen personal considero que a nivel práctico ningún extremo es rentable a nuestros fines. Gracias Ddmx por tu comentarios, los cuales siempre nos permiten realizar distinciones diferentes y muy interesantes por cierto.

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