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Cuando el ajedrez enfrentó a soviéticos y americanos.

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Cuando el ajedrez enfrentó a soviéticos y americanos.

En Islandia se disputó algo más que un torneo de ajedrez.

 

Para entender el fenómeno que significó Bobby Fischer y las repercusiones del torneo por el campeonato del mundo de ajedrez en Islandia, debemos situarnos en los años de la Guerra Fría.

El ajedrez en la URSS era deporte nacional y se designaban recursos por doquier para generar no solo nuevos maestros de ajedrez, también para sumar títulos mundiales. Un Maestro de ajedrez soviético en aquellos años gozaba de privilegios exclusivos, eran casi venerados y utilizados como herramienta propagandística por el gobierno.

Los Maestros de ajedrez en la URSS simbolizaban la excelencia del comunismo, en contraposición a la mediocridad que promovía el capitalismo occidental; concepto éste que estructuraron los soviéticos entorno las grandes figuras del ajedrez de aquellos años.

Podemos comparar el ajedrez clásico y el ajedrez rápido con el teatro y el cine, a algunos actores no les gusta este último y prefieren trabajar en el teatro. Boris Spassky.

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El Maestro Boris Spassky. Disputó la final del campeonato del mundo de ajedrez de 1972 en Islandia contra Bobby Fischer.

La memorable partida de Fischer contra Spassky en Islandia se transformó en un asunto de intereses de Estado y política internacional, trascendiendo así al ajedrez mismo. En medio dos grandes jugadores de ajedrez, Fischer el campeón de los EE.UU y Spassky, campeón del mundo y marca publicitaria de la maquinaria soviética. Ante las dilaciones por parte de Bobby Fischer de presentarse o no a jugar el torneo de Islandia, el propio Henry Kissinger intervino para intentar convencer al norteamericano que se presentara a disputarlo.

Kissinger intenta convecer a Fischer de que juegue la final del mundo ajedrez.

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Henry Kissinger mantuvo conversaciones telefónicas con Bobby Fischer en 1972.

La intervención en el asunto por parte de Kissinger deja claro hasta dónde el tornero de Islandia era mucho más que un campeonato del mundo de ajedrez lo que estaba en juego. Mientras el ruso Spassky, campeón mundial del momento, llegó doce días antes para aclimatarse al país (21 de junio de 1972); Fischer todavía seguía en los EE.UU y nadie sabía a ciencia cierta si al final se presentaría a jugar el torneo o no.

La prensa hablaba de diferencias monetarias en cuanto al monto del premio, aunque Bobby Fischer siempre desmintió que se tratara de ello. Fischer en ésos momentos se encontraba en Pasadena (California) junto al maestro de ajedrez Anthony Saidy, que tenía como misión, casi imposible por momentos, de lograr que Bobby Fischer volara a Islandia a participar del torneo.

Finalmente Saidy convenció a Fischer de que le acompañara a New York, pues el padre de éste vivía ahí y estaba muriendo de cáncer.

Estando en el aeropuerto John F. Kennedy a solo tres días comenzar el tornero de Islandia, Fischer simplemente salió corriendo de la terminal aérea al detectar la presencia de los periodistas, lo cuales más que disgustarle a ésas alturas realmente lograban sacarlo de sus casillas. Ante la actitud de Fischer, la Federación Internacional de Ajedrez incluso llegó a posponer 48hs el comienzo del torneo, dando tiempo así que éste cambiara de opinión y decidiera presentarse.

El punto era que la situación trascendía al torneo de ajedrez, era un asunto de política internacional y se estaba comenzado a transformar en un problema grave la no presencia de Bobby Fischer en Islandia. El gobierno soviético llegó a valorar la opción de que su gran campeón, Spassky, regresara de inmediato si Fischer no se presentaba; a ésas alturas los soviéticos se manifestaban abiertamente indignados y humillados por la actitud del norteamericano. El primer ministro de Islandia llegó a comunicarse con Kissinger para intentar arreglar la situación y que éstos, a través de la vía gubernamental, lograran obligar a Fischer a que se presentara.

Un maestro, aunque no del ajedrez a decir verdad, logró convencer de que el obstinado Bobby Fischer hiciera lo que otros querían. Cuando los periodistas le preguntaron a Fischer el porqué de su cambio de idea, contestó que lo hacía por defender el prestigio de los EE.UU. Ante otra pregunta en relación si su actitud hubiera eventualmente perjudicado a nivel psicológico al campeón Spassky, éste respondió que simplemente no creía en la psicología.   

No obstante, posteriormente se hicieron públicas las palabras de Henry Kissinger al respecto de su conversación telefónica con Bobby Fischer, para intentar convencerlo de que se presentara a jugar con Spassky en Islandia.

La conversación grabada el 21 de julio por el editor de la revista TIME, Jerrold L. Schecter, el cual intentaba conseguir la primicia de la llamada de Kissinger a Fischer, parece desvelar las auténticas intenciones de la llamada.

Durante la conversación con Schecter, Kissinger bromea sobre la situación que se generó, diciendo Kissinger que realmente sólo quería que Fischer jugara con Spassky para poder tener la oportunidad de reunirse con el líder del Partido Comunista Vietnamita Le Duc Tho.

En cualquier caso, las declaraciones de Kissinger sobre los verdaderos motivos que le llevaron a mantener la conversación telefónica con Fischer, suma un ingrediente más a la historia para hacerla todavía más curiosa y atractiva.

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Transcripción de la charla entre el periodista Schecter y Kissinger sobre su charla con Bobby Fischer.

La partida del siglo de ajedrez comienza sin Bobby Fischer.

La partida entre los dos grandes ajedrecistas se transmitió en directo por la ABC, llegando a compararse con un partido de la Super Bowl en cuanto a la expectativa y audiencia generada. A las 17:00hs de Rejkjaviku, Islandia, estaba pactada la partida y claro, como no podía ser de otra manera el ruso Spassky estaba sentado solo frente al tablero e hizo su primer movimiento, D4, para a continuación pulsar el reloj y dar una hora de máximo para que su oponente se presentara a realizar su movimiento.

¿Brillante estrategia por parte de Fischer para desestabilizar emocionalmente a Spassky? Según los allegados a éste no y de forma unánime afirman aún hoy que la actitud impredecible de Fischer fue la causante. Por los motivos que fueran, Bobby Fischer terminó irrumpiendo en el teatro donde se celebraba la partida, rompiendo así el denso ambiente y nerviosismo que se respiraba. Con las manos en sus bolsillos y sonriente estrechó la mano de Spassky y realizó su primer movimiento, Cf6.

Luego de quejarse por la colocación de una cámara, la cual le perturbaba, la primera partida se desarrolló con normalidad, hasta que Fischer cometió un error moviendo un alfil como si fuera un principiante; Spassky ganaba así pocos movimientos después la primera partida. Muchos creen que éste error de Fischer confirma que la demora en su llegada a la partida con Spassky no fue planificada por su parte ni mucho menos; realmente tenía problemas de control emocional.

A la segunda partida simplemente Bobby Fischer no se presentó, con lo cual Spassky sumó otra a su favor. En la tercera Fischer desconcertó a Spassky realizando una defensa conocida como “el hijo de la tristeza”, rompió una regla casi básica del ajedrez colocando su caballo en la banda y éso desconcertó al ruso por completo; finalmente éste perdería y las cosas se pondrían 2 a 1.

El 1 de septiembre de 1972, la NBC News comenzaba su noticiero central comentando los últimos detalles sobre el caso Watergate, para pasar inmediatamente al tema de Fischer y Spassky; el ruso se rendía luego de 21 partidas ante el nuevo campeón del mundo.

El gran Bobby Fischer, con 29 años de edad, no solo se había convertido en el campeón del mundo de ajedrez, también había derrotado simbólicamente a la gran maquinaria ajedrecista soviética. Luego vendría la no defensa de su título ante otro ruso, Kárpov, el cual se proclamó campeón del mundo sin tan siquiera jugar contra Fischer, por decisión de éste claro está.

Puedes conocer más sobre los acontecimientos que marcaron posteriormente la vida de Bobby Fischer en otro artículo publicado en el blog.

Fuente: Bobby Fischer Against The World 

Author: Daniel Costa Lerena

Psicólogo Clínico, Master en Coaching y NLP-DBM. Webmaster y Blogger.

(2) Comments
  1. La maquinaria soviética era tremenda, nada se les escapaba y sobre todo sacaban punta de cualquier árbol. Manipulaban, reprimían y le arruinaron la vida a millones de personas, unas bestias.

    1. Desde luego Pedro, nadie podrá poner en duda el poderío soviético; incluso hoy en día recorriendo algunos países de la ex Unión Soviética uno nota los despojos del condicionamiento que infligieron. Precisamente, la escuela soviética de ajedrez amén de su finalidad, se convirtió en un auténtico modelo de referencia; y para muestra solo basta analizar los resultados que obtuvieron. No obstante ahí es en dónde Fischer los quebró, porque literalmente ni se esperaban que les asestara un golpe de tamaña dimensión.

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